FINISTERRE, LAS DERROTAS DE LA LUZ

Por primera vez de nuevo
la muerte del que te precede
es un arbo
encendido
que corre hacia el claro de luna
Andarnos por las ramas
es el tributo de los aun vivos
Las Raices son cosa vuestra
miestras nosotros somos un arbol
ardiendo
entre la palabra
y tu silencio
ese bosque magnifico
para poder andar por las ramas
sin caer en vuelos
ni piedras.
La patente perdida de Alejandro Finisterre :: Periódico Diagonal
Alejandro Campos nació en 1919 en Fisterra, se crió en A CoruƱa. Tuvo una vida aventurera que empezó como bailarĆn de claquĆ© en el elenco de Celia GĆ”mez y, herido de guerra (de Guerra Civil), continuó como exiliado en Guatemala, editor en MĆ©xico y retornado a la EspaƱa democrĆ”tica como albacea de León Felipe. Murió en Zamora en 2007, llamĆ”ndose Alejandro Finisterre y siendo conocido, sobre todo, por haber sido el creador de la actual versión del futbolĆn. Alessio Spataro nació en Catania, la segunda ciudad de Sicilia, en 1977 y es conocido por ser uno de los mĆ”s incisivos dibujantes de Italia, un paĆs donde no escasean ni los dibujantes mordaces ni la inspiración para serlo. Esos dos mundos personales que no compartieron ni el mismo espacio ni la misma Ć©poca, coincidirĆ”n en Biliardino, tal y como se titularĆ” la próxima novela grĆ”fica de Spataro, basada en la vida de Finisterre y en la suya propia.
Por primera vez de nuevo
la muerte del que te precede
es un arbo
encendido
que corre hacia el claro de luna
Andarnos por las ramas
es el tributo de los aun vivos
Las Raices son cosa vuestra
miestras nosotros somos un arbol
ardiendo
entre la palabra
y tu silencio
ese bosque magnifico
para poder andar por las ramas
sin caer en vuelos
ni piedras.
La patente perdida de Alejandro Finisterre :: Periódico Diagonal
BREVE HISTORIA DEL INVENTOR DEL FUTBOLĆN
La patente perdida de Alejandro Finisterre
JAVIER DE FRUTOS
Jueves 2 de abril de 2009. NĆŗmero 99
Poeta, editor, albacea literario de León Felipe, Ć”crata resistente a las etiquetas, gallego en permanente exilio y ‘desexiliado’ finalmente en Zamora, donde falleció en 2007 con 87 aƱos, Alejandro Finisterre ha pasado a la historia, sin embargo, como el inventor del futbolĆn.
- REALIDAD Y LEYENDA. Finisterre no sólo inventó el futbolĆn, sino la historia que lo atestigua. / Daniel Sancho
No se cumple ningún aniversario digno de mención que justifique glosar la figura de Alejandro Finisterre, motivo suficiente para recordar su historia.
Alejandro Finisterre (Finisterre, 1919 - Zamora, 2007) inventó el futbolĆn, que ya estaba inventado, y contó su peripecia a quien quiso escucharla. “ConseguĆ la inmortalidad a los diecisiete aƱos. Este pequeƱo juguete, que igual entra en los cuarteles que en las cĆ”rceles que en los mejores barrios de todo el mundo, es mi pequeƱa contribución a la humanidad, la huella de que Alejandro Finisterre estuvo aquĆ, de que estuve vivo. Y ya estoy mentando mucho la soga en casa del ahorcado, que todavĆa me queda obra por delante”, le resumió al escritor Manuel Ruiz Torres en 2003. La historia que contó Finisterre arranca en Madrid en 1936, cuando una bomba nazi –le gustaba puntualizar– lo sepultó entre cascotes. Lo llevaron a Valencia y mĆ”s tarde al hospital de la Colonia Puig de Montserrat en Barcelona, y allĆ ocurrió la escena del hallazgo. La mayorĆa de los convalecientes eran mutilados de guerra, niƱos sin infancia ni juegos, de modo que Finisterre, inspirĆ”ndose en el tenis de mesa, concibió la idea del futbolĆn en las Navidades de 1936.
Con la ayuda del carpintero vasco Francisco Javier Altuna, construyó la mesa y las figuras y, por consejo del lĆder anarquista Joan Busquets, patentó el invento en 1937. Pero una dĆ©cada mĆ”s tarde, en el transcurso de su huida a Francia, la patente se perdió convertida en argamasa cuando cruzaba los Pirineos bajo una tormenta que duró diez dĆas. En la mochila sólo llevaba el documento que le acreditaba como autor del futbolĆn, una lata de sardinas y dos obras de teatro: Helena y Del amor y la muerte. En 1948, instalado en ParĆs, supo que un compaƱero de hospital, MagĆ Muntaner, del POUM, habĆa patentado tambiĆ©n el futbolĆn en PerpiƱƔn y que la carta que le escribiera a Finisterre para comunicĆ”rselo se habĆa perdido. Curioso, cuando menos, tanto afĆ”n patentador. Muntaner murió en el maquis y la compaƱĆa que fabricaba el futbolĆn con su patente le terminó proporcionando a Finisterre el dinero del pasaje para la primera etapa de su largo exilio: Ecuador. Se recoge aquĆ la versión de los hechos que Finisterre le trasladó a Nuria Navarro en una entrevista publicada en El Periódico el 28 de mayo de 2004.
Jugadores fundidos
Era el futbolĆn original de Finisterre una caja de madera de pino que albergaba jugadores torneados en madera de boj, pero el que encontró popularizado al regresar a EspaƱa en los aƱos ‘60 lo componĆan, segĆŗn sus propias palabras, “jugadores fundidos en un metal que habĆa segado la vida de mĆ”s de un espaƱol; algo tenĆan de soldaditos de plomo que pateaban aquellas bolas compactas como balas de cañón”.
Las pelotas originales eran de corcho aglomerado, mĆ”s proclives a los efectos. SugerĆa divertido Finisterre que convendrĆa buscar la patente en los Archivos de Salamanca, y lo hacĆa poco antes de comentar sus partidas de futbolĆn con el Che en el Centro Republicano EspaƱol de Guatemala y de relatar luego que, tras el golpe de Estado de Castillo Armas, quisieron deportarlo a Madrid en avión, pero amenazó con estrellar el aparato en pleno vuelo y se convirtió asĆ en el primer secuestrador aĆ©reo de la historia.
Leyenda
El singular gĆ©nero de las necrológicas encontró en la muerte de Alejandro Finisterre el punto de partida para la construcción de una leyenda. Pues, como Ć©l mismo previó, el titular que resumĆa su vida aludĆa de forma invariable a su condición de “inventor del futbolĆn”.
En los enmaraƱados debates que lo recuerdan, Finisterre es citado con aprecio por las generaciones que se criaron entre futbolines y billares, y las semblanzas de su trayectoria literaria –y su destacado papel en el exilio– se confunden con un anecdotario interminable.
TambiĆ©n hay quien anda empeƱado en recordar que existen patentes de fĆŗtbol mesa desde el aƱo 1890, y un alemĆ”n de nombre Brotto Wachter o un suizo conocido como Mr. Kicker que le disputan la paternidad del asunto. Personajes secundarios, no obstante, de la narración que de sĆ mismo hizo Alejandro Finisterre, inventor del futbolĆn y de la historia que lo atestigua.
Las paradojas del futbolĆn
Un autor italiano prepara una novela grÔfica sobre el gallego que inventó el juego
XOSà MANUEL PEREIRO A Coruña 17 ENE 2012
El dibujante Alessio Spataro.
Alejandro Finisterre in memoriam.
Acaba de morir a los ochenta y ocho aƱos de edad, ALEJANDRO CAMPOS RAMIREZ, conocido por todos como ALEJANDRO FINISTERRE, por haber nacido "na COSTA DA MORTE".Murió sin hacer ruido, con la misma humildad que habĆa vivido. Muere con Ć©l, quizĆ” el ultimo epĆgono de la generación del 27, y el ultimo testigo de aquel exilio mexicano de nuestros compatriotas y escritores.
Su muerte rescata del olvido a un hombre que atravesó el siglo veinte de la mano de los perdedores, de los exiliados, sin que se le agriara el alma en ningún momento.
mantienen Su importancia el el panorama de nuestra historia del siglo XX, es enorme. En primer lugar por haber editado en MĆ©jico las obras de Americo Castro, en su pequeƱa gran editorial FINISTERRE, en segundo lugar, porque gracias a el podemos conservar la herencia cultural de LEON FELIPE, que lo nombra su albacea universal, obra constituida por todos los manuscritos de sus obras, editadas e inĆ©ditas, asĆ como correspondencia y los mas diversos materiales ligados a la vida del poeta. Esto le supuso a Alejandro Finisterre hipotecar parte de su vida a defender tan importante patrimonio, contra la miopĆa de poderes institucionales que a dĆa de hoy todavĆa una gran ignorancia y abandono sobre la obra de Leon Felipe. Asimismo es depositario de buena parte de la obra de Juan Larrea. un autor que estĆ” pidiendo a gritos su rehabilitación en la historia de nuestra literatura.
Tampoco es cuestion menor que estemos delante del inventor del futbolin.
retazos de su vida.Entre otras cosas nos al A raiz de haber sido invitado por el Pen Club gallego, en el mes de diciembre, tuvimos la ocasión Ćŗnica de compartir con Ć©l y Horacio Acevedo, mesa, mantel y sobremesa, compartir la exquisitas lucidez con la que nos contó cómo y por quĆ© inventó el futbolĆn.Convaleciente en un hospital de CataluƱa en el aƱo 36, y ante los primeros niƱos mutilados de la guerra que no podĆan acudir al patio a jugar al fĆŗtbol, Ć©l decide llevar el fĆŗtbol a sus habitaciones.Nunca sacó un duro de todo estos inventos y ello siempre le hizo tener una hermosa sonrisa solidaria y generosa.Aquella sobremesa nos sirvió ademĆ”s para concretar con Ć©l un pequeƱo homenaje a su obra poĆ©tica en el proyecto AGUAZERO.
Alejandro, desacansa en paz.
EL AMIGO CONFIRMA
LA ARMONIA DEL HOMBRE
CON LAS MANOS LLENAS
YA LIGERO,
AHI VA
SIGUIENDO AL ANIMAL TRANQUILO
QUE LE LAME,
COMO A MI SU MUERTE:
CURADA LA HERIDA,
LA PIEDAD DE LA GENEROSA LUZ
Alejandro Finisterre in memoriam.
Acaba de morir a los ochenta y ocho aƱos de edad, ALEJANDRO CAMPOS RAMIREZ, conocido por todos como ALEJANDRO FINISTERRE, por haber nacido "na COSTA DA MORTE".Murió sin hacer ruido, con la misma humildad que habĆa vivido. Muere con Ć©l, quizĆ” el ultimo epĆgono de la generación del 27, y el ultimo testigo de aquel exilio mexicano de nuestros compatriotas y escritores.
Su muerte rescata del olvido a un hombre que atravesó el siglo veinte de la mano de los perdedores, de los exiliados, sin que se le agriara el alma en ningún momento.
mantienen Su importancia el el panorama de nuestra historia del siglo XX, es enorme. En primer lugar por haber editado en MĆ©jico las obras de Americo Castro, en su pequeƱa gran editorial FINISTERRE, en segundo lugar, porque gracias a el podemos conservar la herencia cultural de LEON FELIPE, que lo nombra su albacea universal, obra constituida por todos los manuscritos de sus obras, editadas e inĆ©ditas, asĆ como correspondencia y los mas diversos materiales ligados a la vida del poeta. Esto le supuso a Alejandro Finisterre hipotecar parte de su vida a defender tan importante patrimonio, contra la miopĆa de poderes institucionales que a dĆa de hoy todavĆa una gran ignorancia y abandono sobre la obra de Leon Felipe. Asimismo es depositario de buena parte de la obra de Juan Larrea. un autor que estĆ” pidiendo a gritos su rehabilitación en la historia de nuestra literatura.
Tampoco es cuestion menor que estemos delante del inventor del futbolin.
retazos de su vida.Entre otras cosas nos al A raiz de haber sido invitado por el Pen Club gallego, en el mes de diciembre, tuvimos la ocasión Ćŗnica de compartir con Ć©l y Horacio Acevedo, mesa, mantel y sobremesa, compartir la exquisitas lucidez con la que nos contó cómo y por quĆ© inventó el futbolĆn.Convaleciente en un hospital de CataluƱa en el aƱo 36, y ante los primeros niƱos mutilados de la guerra que no podĆan acudir al patio a jugar al fĆŗtbol, Ć©l decide llevar el fĆŗtbol a sus habitaciones.Nunca sacó un duro de todo estos inventos y ello siempre le hizo tener una hermosa sonrisa solidaria y generosa.Aquella sobremesa nos sirvió ademĆ”s para concretar con Ć©l un pequeƱo homenaje a su obra poĆ©tica en el proyecto AGUAZERO.
Alejandro, desacansa en paz.
EL AMIGO CONFIRMA
LA ARMONIA DEL HOMBRE
CON LAS MANOS LLENAS
YA LIGERO,
AHI VA
SIGUIENDO AL ANIMAL TRANQUILO
QUE LE LAME,
COMO A MI SU MUERTE:
CURADA LA HERIDA,
LA PIEDAD DE LA GENEROSA LUZ
Alejandro Campos nació en 1919 en Fisterra, se crió en A CoruƱa. Tuvo una vida aventurera que empezó como bailarĆn de claquĆ© en el elenco de Celia GĆ”mez y, herido de guerra (de Guerra Civil), continuó como exiliado en Guatemala, editor en MĆ©xico y retornado a la EspaƱa democrĆ”tica como albacea de León Felipe. Murió en Zamora en 2007, llamĆ”ndose Alejandro Finisterre y siendo conocido, sobre todo, por haber sido el creador de la actual versión del futbolĆn. Alessio Spataro nació en Catania, la segunda ciudad de Sicilia, en 1977 y es conocido por ser uno de los mĆ”s incisivos dibujantes de Italia, un paĆs donde no escasean ni los dibujantes mordaces ni la inspiración para serlo. Esos dos mundos personales que no compartieron ni el mismo espacio ni la misma Ć©poca, coincidirĆ”n en Biliardino, tal y como se titularĆ” la próxima novela grĆ”fica de Spataro, basada en la vida de Finisterre y en la suya propia.
Alessio Spataro reconoce en las entrevistas ser un apasionado del futbolĆn, y ahora afirma, por correo electrónico, que no conocĆa a su inventor hasta que leyó las informaciones sobre su muerte. "La idea nació de mi pasión por este juego y de las contradicciones de la vida misma de Finisterre, comparada con mi historia personal. A mĆ, que tengo una vida sustancialmente privilegiada, con pequeƱas dificultades banales, con un trabajo satisfactorio, no podĆa no fascinarme una historia como la de Finisterre, tan difĆcil, y trĆ”gica. Yo nacĆ y crecĆ en Catania, pero aprendĆ a jugar al futbolĆn en casa de mis abuelos en Nicosia, en el interior de Sicilia, que para mĆ simboliza mis raĆces. Alejandro venĆa, en cambio, de Fisterra, que evoca todo el opuesto: el fin de la tierra, el horizonte, la fuga hacia otros lugares".
El dibujante, ahora residente en Roma, recopiló en internet todo lo que pudo sobre Alejandro Finisterre, hasta que se puso en contacto con gente que lo conoció, como el mĆŗsico y escritor Xurxo Souto, o el mallorquĆn Bep Moll de La Fuente, director del documental Tras el futbolĆn (2005).
"Me ayudaron mucho, aunque todavĆa quedan algunos puntos obscuros", afirma Spataro. "Existe una autobiografĆa suya, pero quedó en los archivos de una editorial. IntentĆ© contactar con su viuda, MarĆa Herrero, pero no lo logrĆ© y por eso tampoco pude pedirle verificar algunos datos sobre su vuelta a EspaƱa, a finales de los setenta". Pese a no dar por acabado el arduo trabajo de documentación, ha finalizado el guión y algunas de las 300 planchas a bicromĆa (azul y roja) que compondrĆ”n la novela grĆ”fica, que espera ver editada en 2013.
Para Spataro, tambiĆ©n el juego es un sĆmbolo de contradicciones. Coexisten una rĆgida reglamentación oficial internacional con su prĆ”ctica mĆ”s bien libre, "y realmente todos pueden jugar al futbolĆn: tanto uno como yo, que sigue haciĆ©ndose siempre derrotar en torneos y en locales nocturnos, como Finisterre que, segĆŗn Ć©l mismo contó, solo perdió unos partidos en Guatemala, en 1953, contra Hilda Gadea, la primera mujer de Ernesto Guevara".
El invento ha recibido una amplia gama de denominaciones, segĆŗn destaca tambiĆ©n Spataro. "En Italia, como en EspaƱa y en Austria, el futbolĆn tiene muchos nombres regionales. En Sicilia lo conocĆ comocalcetto [diminutivo de calcio, que es la traducción italiana del fĆŗtbol]. El tĆtulo quedarĆ” probablemente Biliardino, que es uno de los dos nombres italianos para este juego, con el mĆ”s oficial calcio balilla, que rechazo por ridĆculo y restrictivo: ya antes de ser una categorĆa en la que se encuadraba la infancia en el fascismo", explica Spataro, "en un dialecto significa pequeƱo, y definir el futbolĆn como fĆŗtbol para niƱos es risible".
Y lo que tambiĆ©n parece una contradicción es el proyecto mismo deBiliardino en comparación con el resto de la obra de Spataro, que ademĆ”s de otra novela grĆ”fica, Zona del Silenzio (Minimum Fax, 2006), ha realizado biografĆas, pero no precisamente autorizadas como Papa Nazingher (Purple Press, 2008) o Berluscoiti (Castelvecchi, 2009). Sus dos Ćŗltimos Ć”lbumes, La Ministronza y La Ministronza 2 -en el mejor de los casos, algo asĆ como "La Giliministra"- (Ed. Grrrzetic, 2009 y 2010), estĆ”n dedicados a Georgia Meloni, la ministra mĆ”s joven -y mĆ”s locuaz- de Silvio Berlusconi, en un tono algo mĆ”s que irónico y que provocó una considerable polĆ©mica, incluso en ambientes de izquierdas.
"Seguro que serĆ” distinto de libros anteriores", anticipa sobre el de Finisterre y el futbolĆn, "pero todavĆa no estoy cansado de decir lo que opino sobre los personajes mĆ”s babosos de mi paĆs. Y mĆ”s allĆ” de lo que son y lo que hacen, me asquea mĆ”s el apoyo que les dan polĆticos que deberĆan combatirlos y que, en cambio, los legitiman".
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