para por primera vez aplicar todo lo aprendido. todo lo dolorosamente aprendido, lo dulcemente aprendido, lo inexplicable y lo felizmente aprendido, aplicarse por entero. ese era el proyecto definitivo, poner en accion el sabio silencio alcanzado con dificultad esplendida, con generosa entrega, con orgulloso derroche, aplicar ese granito de arena perfecto a la mirada bendita llena de merecida fatiga y de incorregible inocencia, ahi, a las superficies ingobernables, a esas blancuras insobornables, mezclando dedos corazon oleos tizas ceras sudor saliva escrementos y ramas girones de certeza humildad virulenta ardor a manos llenas y ese polvo en rama destilacion perfecta de la puta y enamorada vida.
Aun era posible perder el tiempo, dejar entre bastidores el color en llamas y nadar hasta el horizonte tomar palabras y hierbas entre los otros dedos los de arrear los besos hasta la raya de humos donde la rosa de los vientos arde a pesar de no encontrarle nombre a pesar de los pesares arde como zarza encarnada entre las piernas del amor incombustible.
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